Antonia Taleti


Antonia Taleti
Selección de Textos y Nota Biobibliográfica
Ángel H. Molina


ANTONIA B. TALETI es poeta y ensayista rosarina, profesora en Letras, egresada de la Universidad Nacional de Rosario, dónde dictó clases de Literatura Española y Teoría Literaria. Ha participado en congresos nacionales e internacionales. Sus trabajos críticos han sido publicados por la Universidad Nacional de Rosario, la Universidad Autónoma de México, la Universidad Central de Bayamón (Puerto Rico), la Universidad de Gotemburgo (Suecia), Casa de las Américas y UAM (Cuba - México) y la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil). Miembro fundador del Centro de Estudios Orientales de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad nacional de Rosario, actualmente coordina talleres de lectura y escritura.






RÍO DE PASO


Ven, descalzo
al espacio sagrado.
En los bordes
la pantera husmea
amarillos los ojos
como soles hundidos en la ciénaga.
En el atrio sandalias y zapatos
indican el camino de las abluciones.
Península del Templo.
Pisa desnudo el pie de cristal y mármol
cubierta la cabeza.
La pantera profiere
un ronroneo herida,
chillan los monos
huye un elefante pequeño
alerta una serpiente.
Península del templo
o pantera.




De par en par abiertas en el silencio
la íntima bienvenida distrajo hacia lo alto verde el ojo
y un umbral en sombras la retuvo en el límite
en la cansada diferencia que intentaba borrar.
Él la esperaba.
Ordenó magnolias a la mano,
agapantos celestes a su paso,
cuencos bautismales.
Relojes de sol se deslizaban en las centenarias paredes
del tiempo dentro del Tiempo.
Él se arriesgó, otra vez, a invitarla
a la lección primera.
Ella acató el mandato
por siglos esperado.
Ni lo profundo, ni lo escarpado
nada
le fue vedado.
Él le entregó un río, un mar
para que soñara siempre,
evitó toda incerteza,
la cubrió con la brisa mientras ella
reptaba
hacia el lejano árbol solitario.






LA SONRISA DEL IGNOTO MARINERO

...uno che si difende dal dolore della
conoscenza e da un moto continuo de pietá.

Vincenzo Consolo

De la esencial Trinacria
guarda el sello enigmático.
En los puertos
la semejanza es marca astuta
que domina
en éste, en aquellos, aquí detrás.
Ubicuo, cambiante el marinero
obstinado sonríe
y la mirada traduce el gesto extremo
que contempla pecios agitados por el siroco,
peces, naranjas, al borde del mar.

Espasmódica herida la palabra.
Labio que intercepta la afasia.


LA VOZ QUE NUNCA ALCANZO


LA LÍNEA

se tensa, como el circo
el trapecista recorre el vacío
erguida la cabeza, la mirada a lo lejos
lentamente
apoya el pie inseguro
sobre el verso.


CUANDO YA NO EXISTA DIREMOS

que el mar era el poema.
En su sinestesia, salobre y colorida
porfía en un ritmo de olas
para alcanzar el borde de la playa
donde el verso acaba.

Transmutado el sentido
se aloja en lo profundo
preso en la forma diminuta
o monstruosa
emerge y centellea
sólo un instante para ser percibido o capturado.

Los dioses marinos sellaron en la sima
las claves del pasado y el devenir desmesurado
los niños avanzan inocentes hacia el
mar, reconociendo el juego que nunca
olvidaron
el agua mece, abraza, penetra,
la boca se cierra y todo
el cuerpo percibe lo intraducible
volver.

Cuando ya no exista diremos que el mar
era el poema.