NOCHE ESTIVAL Por la ventana abierta de mi cuarto entra el viento encendido que viene del oeste, entra el perfume de las flores del patio, entran la luna y las estrellas, y en medio del bochorno de la noche entra también una mágica luciérnaga, un minúsculo universo que se basta a sà mismo y deja en la penumbra sus improntas de luz para desvelo de la mente absorta. De: Continuidad de la noche (1993) EL TIEMPO IRREPARABLE Quién iba, entonces, a pensarlo. Lo cierto es que mi padre está muert…
De: No Nada Nunca (1994) Escucha el agua de la canilla rota la gota de sangre del agua la sangre de los enterrados en el rÃo de la plata ametrallados de humedad los ojos llenos de espejos cloacales escucha caen en tu casa De: La pluma y su piar (2001) Qué poemas nuevos fuiste a buscar Félix Luna Dicta el poema Quien lo escribe sabe que esa consigna es cal sólo disimulada cuando el viento Leemos con el ojo repleto de migajas la palabra socavada la tierra levantada …
De: Otro lugar (1992) OTRO LUGAR El espacio cerrado que una vez ocupó la lámpara y el espejo tiene la lentitud gestual de mi cuerpo. Cómo entreabrir el verso y asistir a la misteriosa movilidad de un territorio guardado. La memoria máscara de la sonrisa, nada nos ayuda. Persistimos en lo finito necesario. La soledad emerge como piedra. Sin reinos asisto a mi desnudez. Allà soy único rostro de tu ausencia. ¿Quién ha recorrido este desierto? Al despertar…
De: El oro de la república (1982) NACHT UND NEBEL I pura bestia se desangra a fuerza de golpes que le han dado duros palos cierta noche por ayeres pregunta no obstante se responde difÃcil lugar para vivir y sin embargo II la araña recuerda lo que en distracción perdió de vista calcula el lugar en que destellará su tela no abre las manos no reposa recorre el árbol de rama a rama atravesando el aire conoce el rostro del que se echa a morir entre sus hil…
De: Poemas para un niño que murió en noviembre (1958) [IV] Mi infancia —que noviembre configura— tuvo el juguete roto de mi risa, un barro cotidiano en la camisa y flotando en los ojos la amargura. mi infancia fue el paÃs de la sonrisa, con trompos en la tarde dulce y pura, y una cometa verde que en la altura era un sueño feliz lleno de prisa. Tuvo un niño perdido y encontrado, y un noviembre lentÃsimo y mojado, que de todos los meses fue el más triste. un niño como yo …
ÉL Hay un pez en su lengua nadando profundo hacia afuera. Hay un pájaro volando hacia donde la luz insiste, adentro. Nunca ha actuado en perjuicio ajeno; aprendió a ver, a decir o callar, según fuera el momento. Un afable rÃo su rostro. Una hendidura su ceño. En el aire que escurre su camisa escuchas el organillo dócil de su alma escribiendo esto. * Prefiere apartarlos, prefiere no causarles eso de tener ahà al lado lo que sacude el suelo; envuelto en sábanas pulcras como quiso su madre antes que bajara de no sé dond…
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